El 'camino del conocimiento' - y su procelosa travesía vital - han conducido al escritor español Fernando Sánchez Dragó (autor entre otros de A Vida o Muerte) a la profunda convicción de la existencia del alma, de su inmortalidad y de sus sucesivas reencarnaciones, en pos del último grado de crecimiento espiritual que la lleve a quebrar la rueda del samsara, y a escapar de sus ataduras para alcanzar el estado de felicidad, de armonía, de pureza y de integración cósmica al disolverse en el Todo, perdiendo así su individualidad, para pasar a formar parte del Uno.
Dragó cree, además, en la construcción individual del alma.
- El alma no es un don, sino una conquista -.
Todo aquél que aspire a mantener su identidad después de la muerte, aunque sólo sea en las primeras etapas del viaje por el éter, debería obrar en consecuencia.
Mediante la gnosis, el hombre se hace persona.
No basta la humanidad, que es innata.
La personalidad es, por lo tanto, fruto del esfuerzo, del mérito, del conocimiento de uno mismo.
Ese, y sólo ese, es el vehículo para construirse un alma: el camino del héroe.
Cuando un ser humano viene al mundo, frente a él se despliega un laberinto: el de la vida.
Hay que recorrerlo y perderse por cada uno de sus meandros para llegar a la hora de la muerte con la cabeza alta y los ojos inundados por la luz del más allá.
Esa es la prueba del laberinto.
- Quien alcanza el centro de este y se instala en él, como lo hizo Teseo, se centra. Vale decir: se convierte en el ónfalo de convergencia de todos los puntos de la Realidad, que es esférica y se divide en dos hemisferios contiguos: el del microcosmos y el del macrocosmos, el del Valle de Lágrimas y el del Reino de los Cielos, el del mundo denso y el del mundo sutil -.
En el centro del laberinto se halla el equilibrio, quien lo encuentra alcanza a ser un hombre armónico y completo.
Teseo porta en la diestra una espada - el yang - y en la zurda un extremo del hilo de Ariadna (el yin).
La suma de los dos complementarios, masculino y femenino, le permite dar con el camino hacia el centro, sortear las trampas y los obstáculos del camino, dominar el miedo y la fatiga, enfrentarse al Minotauro - es decir, a los monstruos del subconsciente individual y del inconsciente colectivo - y darle muerte.
De este modo desaparece el sufrimiento.
- La felicidad y la certeza de la inmortalidad sustituyen a la zozobra. Desaparece la angustia y el ritmo de la respiración se incorpora a la música de las esferas -...
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el tarot en los hechos (historias que atender)
en TAROT DE MáXIMO
fuente: sobre la presentación que realizó Dragó
en el XI Encuentro Eleusino en Almagro
imagen: La leyenda cretense en cuatro composiciones
(detalle) de Cassoni Campana