La Astrología es una herramienta de desarrollo personal que nos ayuda a comprender nuestros problemas.
En ese ámbito de trabajo — esa especie de plomería emocional — es importante aprovechar la capacidad simbólica y arquetípica que el mapa astral posee, para desentrañar los puntos débiles que nos afectan, ya que se notan más cuando estamos en crisis.
Así que al exponer los puntos ciegos - o 'sombras' - existenciales que padecen los Signos, sabremos por donde deben ir trabajando sus nativos, aunque a menudo se necesite mucho tiempo y paciencia para quitarse del todo los distintos velos con los que solemos tapar aquello que no tenemos resuelto.
Sin embargo, por algún lado hay que empezar, así que manos a la obra.
A continuación los defectos más profundos de cada uno:
ARIES - es un signo al que antes o después le toca resolver en su vida cotidiana el problema del miedo. Existen muchos disfraces con los que Aries tiende a tapar este tema. El temor, de fondo, es el miedo al propio sentimiento de miedo que puede herir gravemente su autoestima, su esfuerzo por crear y mantener un ego fuerte ante el mundo, ante los demás y lo demás. Así vemos que muchos Aries se vuelven temerarios como forma de tapar su miedo al miedo; otros adquieren una excesiva actitud competitiva buscando retos que vencer, lo que tiene mucho que ver con su miedo al fracaso; también hay miedo a la acción consciente, reflexiva, que les permita decidir teniendo en cuenta las limitaciones de su energía, las consecuencias y responsabilidades -a veces dolorosas- de su actitud irreflexiva. Este miedo Aries tiende a taparlo con prisa, saltándole por encima, ya sea invadiendo al otro, acelerando el ritmo natural de los acontecimientos o buscando directamente la acción como espacio de reflexión.
TAURO - Tauro es el arquetipo zodiacal que fija en sólida estructura caracterial todo el anterior esfuerzo agónico-egoico de Aries tratando de alcanzar ese estado de autosuficiencia vivencial propio del primer signo de Tierra. De esta manera los bloqueos caracteriológicos de Tauro tienen que ver con su tendencia natural de fijar y contener procesos emocionales relacionados con la agresividad y la autopreservación. Cuando esta energía exige -en sus distintas manifestaciones- ser expresada sin paliativos hacia el mundo, Tauro se embota y sufre de resentimiento -ira y rabia contenidas- descargado con sus cíclicos ataques de violencia; sufre de posesividad y codicia -ambición frustrada-; sufre de celos -deseo inadecuadamente expresado- y sufre, en suma, de autoagresividad lo que a menudo trata de contener con mecanismos de obsesivo control dirigidos tanto hacia el mundo -los demás y lo demás- como hacia su propia emocionalidad interna. A Tauro, sin duda, le cuesta muchísimo pedir ayuda desde su necesidad, desde su carencia. Pero esa es su tarea consigo mismo.
GÉMINIS - la crisis suele llegarle cuando se le agotan los regates mentales y ya no le calma los vacíos su actividad favorita de coleccionador de datos. Géminis es el primer signo sin sitio emocional unívoco y entretiene su desubicación vivencial jugando con la imagen que despierta en los ojos de los otros. Así logra la estima ajena a costa de perder la propia extraviándose sentimentalmente en la mirada de los demás, en el síndrome terrible de los espejos. Cuando a Géminis le llega el momento de comprometerse con sus propios sentimientos entra en crisis puesto que se ha quedado anclado en los datos, nombres e ideas de las emociones y precisa entonces atravesar el desierto de su propia inmadurez adolescente, lo que a menudo le lleva, previamente, a extremos de actividad seductora o de inactividad depresiva antes de aceptar su propia torpeza sentimental desde donde aprender la necesaria irracionalidad de lo pasional.
CÁNCER - es un signo que sufre de PASADO. Su presente está teñido de recuerdos que a menudo no lo enriquecen sino que lo apoltronan. De ahí la fama de Cáncer con relación a sus cambios de humor, a su hipersensibilidad bastante susceptible ante lo nuevo, presente o futuro. Lo que le pasa en el presente, lo que le hacemos o decimos, se asocia en él con situaciones pasadas y reacciona según digiera ese cóctel. No es extraño pues que su estómago lo note tanto. El punto ciego de Cáncer se asocia con su necesidad de pertenencia a lo que le rodea, -familia, amigos, amores, socios, ambiente, etc.- y con su dificultad para entregarse a la experiencia de la realidad presente. El problema de Cáncer es que esa experiencia viva del aquí-ahora la está filtrando con sensaciones y emociones introyectadas de su pasado que están, por tanto, coloreando la relación con tonos emocionales inexistentes para las demás personas.
LEO - se le atraganta el problema de su autoimagen en el espejo del mundo. Es muy difícil estar a la altura de vuelo, de expectativas, de Leo, incluso para él mismo. Generalmente las crisis le vienen por vía del fracaso tanto profesional como emocional. Podría decirse que el Sol de Leo sólo entra en su sombra cuando los acontecimientos profesionales y - sobre todo - emocionales, le oscurecen lo suficiente. Suelen necesitar situaciones críticas muy fuertes para recoger su propia limitación y responsabilidad pues Leo es maestro en el arte de proyectar sobre el mundo -lo demás y los demás- las razones de su tropiezo. Incluso cuando entra en el dolor o en la depresión Leo tiende a ser el más dolido o deprimido por la necesidad de este arquetipo solar de ser el protagonista incluso en su oscurecimiento doliente.
VIRGO - siempre acaba topándose con su temor al rechazo emocional puesto que siente una enorme inseguridad para creer que se merece ser correspondido sentimentalmente. Es un signo solidario y solitario que en el ciclo astrológico a menudo parece estar pagando los excesos egoicos de Leo, el signo que le antecede. Ponerse al alcance del sentimiento puro y duro lleva a Virgo a tocar su necesidad insatisfecha y la dificultad que tiene para pedir desde el miedo a no merecer. La rabia por la carencia afectiva Virgo la deriva en solitaria resignación y dolor estomacal para su asimilación. En terapia Virgo ha de bajar a su propio deshabitamiento emocional y desde ahí ponerse en paz con su propia necesidad infantil.
LIBRA - le atrapa la cárcel de las formas, del diseño ético-estético que con el pensamiento hace de la vida corporal, emocional y sobre todo instintiva. Hay una necesidad natural en Libra que le lleva a buscar la integración antes de vivir completamente la necesaria polarización emocional de la realidad. Libra es una experta energía que pone vendas en las futuras heridas de la agresividad y la pasionalidad -polaridad Aries- sin antes proceder a su dolorosa curación a veces precisada de sutura y desinfección. A un Sol en Libra hay que aflojarle el nudo mental con el que ata el dolor y la rabia de su corazón y mostrarle, suave y tenazmente, el camino del cuerpo, del músculo que descarga físicamente su contención emocional. A Libra le cuesta ver la coherencia implícita en manifestar rabia y agresividad contra aquello que consciente o inconscientemente nos ha herido. Quiere tapar el dolor de las heridas con la venda del Inconsciente que parece ser el responsable impune de muchas faenas.
ESCORPIO - se teje una cárcel como antídoto ante las viejas heridas de su primigenia vulnerabilidad infantil. Estas heridas con el tiempo quedan envueltas en un hipnótico y autohipnótico papel de regalo que las hace brillar como focos de sutil y contundente energía psicológica y emocional con la que el intenso Escorpio seduce o asusta a quienes le tratan. La dificultad del Sol en Escorpio consiste en aceptar su profunda, apasionada y compasiva sensibilidad, vulnerada, en su propia fragilidad, por las primeras heridas de toda educación social y familiar. La mala fama de vengativo y duro Escorpio se la gana en su necesidad pulsional de vomitar, de vez en cuando, esos regalos envenenados que lleva dentro. Necesita expulsarlos para limpiar su corazón amoroso de los viejos rencores oxidados. Escorpio es un signo auténtico y visceral al que la adulación no le llega pero es también el signo más exigente y autoexigente, el juez más terrible al que sólo la compasión da descanso.
SAGITARIO - entra en crisis por sus propios abismos internos tras agotarse y agotar todos los viajes exteriores por los más exóticos y lejanos abismos naturales, espirituales o deportivos. Cuando en su cansancio le toca la desesperanza existencial, Sagitario descubre su dificultad para comprometerse con la vida cotidiana y dejar de correr. Es muy duro el aterrizaje -casi siempre forzoso- de Sagitario en la realidad cotidiana de sus dudas, de sus miedos vivenciales. Pero es cierto que tiene suerte aunque le cuesta mucho tiempo y silencio aprender a aprovecharla. Precisamente esta sensación de suerte en los problemas, en los callejones sin salida, que a menudo siente Sagitario, puede aumentar su desesperación en momentos de crisis profundas -donde el camino se pierde en la noche y hay que aprender a esperar el nuevo día-, llevándole a buscar mágicos atajos por los que escapar de su verdadera dificultad: permanecer en el presente doloroso y desesperanzado hasta atravesarlo con paciencia y susto.
CAPRICORNIO - es un misterio debajo de una fría estrategia ambiciosa que cuando se rompe muestra un corazón entre pañales. Se deprime bastante y casi siempre cree que es debido a temas de trabajo, económicos o de cualquier otro deber que hay que cumplir y que no deja sitio al niño frustrado que lleva dentro. Aquí no hay que extenderse mucho: el problema de Capricornio es su niño ausente, su incapacidad para jugar, para divertirse. La vida acaba siendo algo muy serio para un Capricornio y eso no lo aguanta mucho tiempo ni él ni los que le rodean y que tanto necesita. Tal vez sea este el signo zodiacal que menos siente la necesidad de ser ayudado emocionalmente puesto que, en el fondo, su temor es encontrarse un corazón de piedra donde otros lo tienen de carne y hueso. Pero ni siquiera Capricornio puede vivir sin el calor del amor, de la ternura. Es esa dependencia que siente la que le lleva al más terrible de sus vacíos: el miedo al abandono. Sentirse emocionalmente abandonado lleva a Capricornio al ártico feroz de su soledad y al frío absurdo de los frutos materiales y profesionales no compartidos.
ACUARIO - su problema es ese aire impasible y distante con que a menudo los nativos de este signo meten el dedo en el ojo sensible de los temores y las creencias de sus congéneres. Dedo que, aunque envuelven en el guante sutil de la racionalidad más progresista y liberadora, adolece del respeto a la lágrima de la debilidad humana, adolece de respeto al ritmo anticuado y perezoso con que la tradición y la historia profunda de los hombres va despertando al amanecer del nuevo fuego prometeico. El individualismo perfeccionista de Acuario le hace un gran elemento de evolución, de cambio y mejora, pero le niega la ternura para aceptar compasivamente lo que hay, disfrutando de ello sin expectativas idealizadas que enturbien la experiencia de la realidad. Es una contradicción muy arraigada en los Acuario aquella por la cual defienden los valores humanistas más progresistas con su cabeza y a la vez se muestran fríos y poco humanos, en lo más humano, en el corazón.
PISCIS - es un signo paradójico y, como Acuario, de difícil asiento en la realidad social que nos envuelve y limita. Simbólicamente en él se diluye el Ego, que reaparecerá en Aries, y, por tanto, valores transegoicos como la confluencia compasiva, el altruismo, el servicio a los demás y la falta de ambición material tienen en Piscis su lugar. La ausencia de estos valores en su vida cotidiana y la tristeza profunda que ello le provoca hace que Piscis sea uno de los signos más habituales en todo tipo de terapias o actividades de crecimiento personal. También es cierto que muchos se extravían en las ciénagas del poder y la superstición y que fácilmente acaban en adicciones farmacológicas o emocionales que les hunden cíclicamente en etapas de honda depresión y soledad. Sea cual sea el extravío vivencial que sufre Piscis-emocional, ideológico, exotérico, espiritual- estas etapas de profunda soledad le dan la oportunidad de tocar su fondo arquetípico desde donde poder entender su esencial actitud de servicio amoroso que palia el sufrimiento de las luchas del Ego mientras se forma y se transforma. El Ego de Piscis es lubricante amoroso para las heridas de crecimiento de los demás Egos solares...
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fuente: astrologiamoderna.blogspot.com