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Simbología: Las Santas Criaturas Vivientes - DE EZEQUIEL AL APOCALIPSIS




Un tetramorfo (del griego τετρα, tetra, 'cuatro', y μορφη, morfé, 'forma') es una representación iconográfica de un conjunto formado por cuatro elementos.

La más extendida de estas es cristiana, cuya tradición se remonta al Antiguo Testamento, cuando el profeta Ezequiel describió en una de sus visiones cuatro criaturas que de frente tenían rostro humano, y de espaldas animal (Ezequiel 1:10).

Una visión muy similar aparece en un pasaje del Apocalipsis de Juan (Apocalipsis 4:1-9) que describe a cuatro ángeles zoomorfos que rodean al pantocrátor (imagen del Todo Poderoso).

Los tetramorfos y el pantocrátor son una constante del arte medieval, tanto en escultura como en pintura, sea mural o en códices miniados.

Y desde el siglo VI se viene postulando una vinculación de los tetramorfos con los evangelistas:

- El hombre se asocia a Mateo, ya que su Evangelio comienza haciendo un repaso a la genealogía de Cristo, el Hijo del Hombre.

- El león se identifica con Marcos, porque su Evangelio comienza hablando de Juan el Bautista: 'Voz que clama en el desierto' - dicha voz sería como la del león.

- El toro sería Lucas, ya que su Evangelio comienza hablando del sacrificio que hizo Zacarías, padre de Juan el Bautista, a Dios.

- El águila ha sido asociada a la figura de Juan, ya que su Evangelio es el más abstracto y teológico de los cuatro, y por tanto el que se eleva sobre los demás.

El de Juan es el único evangelio no sinóptico.

Dada su mención en el Antiguo Testamento y la existencia de evangelios deuterocanónicos, algunos opinan que los tetramorfos vendrían a representar los atributos divinos fundamentales (Virtudes Morales o Cardinales) que a su vez deberían ser desarrolladas a escalas por el ser humano.

Así, el hombre sería el Amor; el águila, la Sabiduría; el león, la Justicia y, el toro, el Poder.

Esta última teoría es defendida, por ejemplo, por los Testigos de Jehová.

Pero la hipótesis que la tradición del Tarot recoge al manifestar a estos seres tanto en su décimo Arcano Mayor - La Rueda de la Fortuna - como en el vigésimo primero - El Mundo - es la que expresa que Ezequiel se inspiró en la astrología zodiacal babilónica.

Recordemos que cuando este profeta predicaba, el pueblo de Israel estaba preso en Mesopotamia, en el Siglo VI a. C., en manos de Nabucodonosor II.

A partir de ello el toro sería Tauro, el León sería Leo, el águila sería Escorpio y el hombre alado sería Acuario.

Estas eran las constelaciones sobre las que tuvieron lugar, respectivamente, el equinoccio de primavera, el solsticio de verano, el equinoccio de otoño y el solsticio de invierno entre los milenios quinto y tercero antes de Cristo.

Teniendo ello en cuenta sería como si en vez de esta con los animales, estuviésemos viendo una imagen egipcia con los dioses Apis, Horus, Sehkmet y Hapi.

Cada uno más evolucionado que el otro si además los asociamos con las distintas eras astrológicas y sus connotaciones históricas.

Lo mismo desde el punto de vista alquímico, donde la referencia es a los cuatro elementos básicos, y puesto que rodean al pantocrátor, este sería el 'Quinto Elemento' unificador.

Sin embargo, si se considera lo que cada uno representa para cada tendencia, es obvio que aunque se adopten posiciones distintas respecto a cuales serían sus orígenes, el resultado es que el sentido simbólico de este tetramorfo es casi el mismo para todas...










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simbología asociada en
TAROT DE MáXIMO
imagen: superposición de Cristo en su Majestuosidad,
de un manuscrito alemán, con el arcano The World (El Mundo)
de Akihiko Yoshida







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